La habitación tiene los muros altos y pintados de azul, un bello candelabro lanza sus destellos sobre los sillones blancos. Y ellos, quietos como cadáveres, cada uno esperando que el otro hable desde el más allá. Los minutos pasan y la reunión debe terminar a las once en punto. Entonces uno de ellos, levanta su labio superior dejando ver un colmillo y dice:
-...grrr...está bien, yo me quedo con la herencia y el apellido...grrr...y te puedes llevar a la mujer...grrr...
Ambos se levantan al mismo tiempo y salen caminando al hall del club con elegancia y distinción.
2 comentarios:
quien reparte siempre se lleva la mejor parte
abrazos
gracias por tus huellas
ten una semana preciosa
abrazos y energías
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