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30 de mayo de 2006

Demasiado bella


Año 2310, Santiago, Chile. El uso de los robots a llegado a límites descritos en muchas películas de principios del siglo XXI, como A.I.(inteligencia artificial), donde los robots, son casi humanos. Mi nombre es Francisco Dávila y soy un descendiente de los sobrevivientes de la última guerra mundial. Mi vida es bastante tranquila. Trabajo en una oficina encargada de la Administración Robótica Nacional (ARN). Soy un poco tímido y me cuesta acercarme a las mujeres, es por eso que me inscribí en esas reuniones holográficas, en las cuales, te reúnen con personas compatibles, de acuerdo a una prueba de ADN, claro está, que desde la comodidad de tu casa, y si se agradan, se ponen de acuerdo para reunirse en persona u Holográficamente denuevo.
Y llego el día, estaba muy nervioso, gracias a Dios en los hologramas no se podía oler, a menos que activaras la opción y yo la tenia apagada, porque sudaba como “ca’allo de bandio”, como decía mi abuelo, ja, ja, ja. Eran las 0755 PM, la cita era a las 0800 PM. Me puse mis mejores vestiduras, aunque la moda es un tanto homogénea para hombres y mujeres, en estos tiempos. 0759 PM, me acerqué al salón holográfico y me serví una copa de vino añejo, entonces se abrió el canal de comunicación, puntualmente a las 0800 PM, contrariamente a la antigua fama que tenía la gente de estas tierras. Una anfitriona comenzó la cita, describiendo a mi compañera: Alexandra Andreti, descendiente de italianos, restauradora de arte de profesión. Luego le dio mi descripción de igual talante y antes de dar inicio a la cita nos dijo: lo demás depende de ustedes.
Solo entonces pude verla, la mire a los ojos castaños y supe que era la mujer de mis sueños, una dulce sonrisa sobre la suave silueta de sus labios, me lo afirmó. Su blanca y tersa piel parecía ser de un ser superior a este mundo, aun en el holograma. Entonces ella habló, porque yo estaba estupefacto y callaba, y frente a la dulzura de su voz supe que existe Dios.

- Hola Francisco, ¿cómo estás?
- Mu...muy bien –le respondí nervioso, sin darme cuenta.
- Así que trabajas en la ARN, a mi me interesa mucho la robótica, mi padre y madre son profesores de robótica.
- En serio a mi me interesa mucho el arte, es más, mi abuelo era pintor, si algún día vienes a mi casa te enseñaré sus telas -le dije sin darme cuenta de lo atrevido de mi comentario.
- Por supuesto que me gustaría ir a verlas, que te parece la próxima semana -me respondió dulcemente, sin pensar en mi atrevimiento.

Luego la conversación, estuvo centrada en el arte y en la robótica, en la pintura moderna que genialmente incluye en los paisajes robots metálicos y aquellos que utilizan a robots de cuerpos perfectos para pintar desnudos. Y así divagamos mientras yo bebía de mi copa y de sus ojos, cada vez mas bellos para mi, entonces mire mi reloj, ya eran las 0000 AM, entonces me dijo:- “debo irme”-. -“al igual que la cenicienta” –le dije, y ambos reímos, se despidió lanzándome un beso. No sin antes darle la dirección de mi casa, para su visita del próximo viernes. Entonces se cerró el canal y soñé con ella toda la noche y todas las que siguieron antes que llegara el viernes.

Llegó el viernes, y junto con él, ella a mi casa, nunca había esperado tanto un día. Al salir a abrirle la puerta, ella se materializo desde mis sueños, en un vestido azul, al estilo del siglo XXI. El brillo de sus ojos era mas dulce en la realidad y su sonrisa se dibujaba, clara y diáfana como la pincelada de un maestro. Nos sentamos y bebimos un poco de vino añejo, le mostré las pinturas de mi abuelo y quedo maravillada, entonces al acercarnos ambos a una las telas de mi abuelo puesta en la pared de mi dormitorio, sucedió. Ella volteo para preguntarme algo y nos encontramos, cara a cara, a cinco centímetros de un beso, y fueron cuatro y luego tres y entonces ya no hubo mas espacio entre nosotros y nos besamos, en un dulce y tierno beso, cuya tibieza me elevo al cielo y me trajo al candor del suelo, para luego despojarse la pasión de mi cuerpo y el suyo, y romper en mi cama, desbordante. Hicimos el amor, tiernamente, mientras a cada momento me convencía más y más, que ella era la mujer de mi vida, entonces se lo dije al oído, mientras dormitábamos entre mis sabanas blancas. Ella se levantó de mi pecho, donde apoyaba su cabeza y me dijo un tanto contrariada:

- Antes debo decirte algo Francisco, yo no soy lo que tu crees.
- Sí, eres mucho más de lo que yo hubiera deseado –le respondí, un tanto asustado por la seriedad de su dulce rostro.
- Yo Francisco –dijo dulce y lentamente-, no soy una mujer normal, soy un biorobot, hecho con tu ADN, de acuerdo a la perfección de tus deseos mas íntimos, yo fui hecha para ti. La tecnología me permite, procrear, como un ser humano, y puedo tener hijos cuando tu quieras, a voluntad, incluso ahora; y tengo todas las necesidades humanas, pero no envejezco, al mismo ritmo que tu, sino la mitad mas lento – dijo tratando de hacerme reaccionar, entonces agregó-, fui hecha solamente para ti, solo para ti Francisco.

Levantó los brazos, cerró los ojos y respiró hondo, y su cuerpo y cabellos fue todo de metal, pero que parecía ser líquido, mostrándome toda su realidad, luego volvió a hacer el mismo gesto y me encontré frente a la perfección de su cuerpo.
Estaba anonadado, había encontrado a mi alma gemela y esta resulta ser, el último grito de la tecnología. Entonces la mire a los ojos y no dude, mi razón había hablado y mi corazón había refutado, luego le dije:

- Es cierto, estas hecha para mi -le dije sonriendo, mientras abría mis brazos hacia ella.

8 de mayo de 2006

Poema VIII

No merece a ningun sentimento actual, pero me gusta por lo intenso y me recuerda, que lo peor, puede ser peor....o mejor, y que hay ciertas cosa que jamás cambian.


Cierro las puertas de mi corazón
No me esta permitida la libertad de amar,
Trato de aquietar mi ser
Con dulces promesas de soledad,
Las escribo con el fuego de mis recuerdos,
Luego las recito una y otra vez,
Invocando su fuerza,
Que tan solo yo, sé comprender.
A veces se escapa mi propia fe,
Y veo una luz mortecina
Que cura las frases escritas,
Pero es tan solo una ilusión
La verdad las esculpe nuevamente,
Pero esta vez, el fuego no duele,
Tan solo me mata lentamente.