Entradas Recientes

29 de marzo de 2006

Cuentos de Otoño

Con cariño al Otoño y a F.

En la espera

Recostado sobre el pasto, rodeado de hojas color ocre, rojizas y secas. Esperaba. Sentía una mezcla de nerviosismo y melancolía, mientras el otoño me hacia eco. En la espera comencé a mirar a la gente al pasar, cada uno con su historia, con su mundo, algunos quizás también van al encuentro de un antiguo amor. Hace 5 años que no comparto con ella el caer de las hojas, cuantos recuerdos, cuantos acuerdos en nuestro destino que terminaron por separarnos, pero quedo lo bello del amor. Como las inolvidables tardes de otoño. Aun puedo recordar como la conocí y comenzó todo...

Llego un día cualquiera al taller de comics, en el que yo vagaba con mis amigotes, ella era compañera de curso de uno de estos engendros (Danilo), no creía en el amor a primera vista hasta que la conocí, algo me estremeció, me deslumbro. En el fondo de sus ojos verdes había aquel brillo triste que tienen solos aquellos que han vivido. Me acerqué con la excusa de mostrarle un plot al profesor que conversaba con ella y congeniamos inmediatamente, el flechazo fue mutuo. Le mostré mi poesía y ella a su vez la suya. Bebí ternura de su ser y no me sacie, nunca había estado tan contento, tan feliz en compañía de alguien. Me dio su teléfono para que acordáramos el ir juntos a una exposición de arte romano en el museo de providencia, me costo encontrarla en su casa, pero cuando al fin la hice redoblaban las campanas en la capilla de mi liceo- casi como una señal- mientras hablaba con ella (Se estaba bañando), en fin, concertamos la cita un 11 de octubre.

La primavera hacia alarde en nuestros corazones. Recuerdo que se había teñido su pelo rubio a rojizo o algo parecido –ja, ja, pero a mi igual me encantaba -. Nos juntamos frente la iglesia de San Francisco, la que fue testigo de muchos de nuestros encuentros, desencuentros y promesas de amor. Luego tomamos una micro hasta el museo y al bajar le tome la mano para ayudarla y no la solté mientras caminábamos en dirección al museo, el corazón me daba tumbos y temblaba, ella me ofreció su sonrisa y apretó mi mano con mas fuerza. Lamentablemente la exposición había finalizado, entonces decidimos ir al edificio de la empresa telefónica, allí seguimos tomados de la mano al bajar y conversamos de nada en particular, pero no podía dejar de mirar a sus ojos claros. Entramos a la telefónica, en esas fechas había una exposición de teléfonos antiguos, los miramos, nos miramos, puse mi mano en su cintura, luego sin que yo me lo esperara, se acercó, me acaricio el rostro, me miró a los ojos y me besó. El cielo se abrió y me iluminó, el corazón me explotó y temblaba entero, respondí a tientas el beso y no atine a decir nada.

Atravesamos a una plaza en frente y yo aún no decía nada, no tenía palabras, tenía el corazón demasiado lleno de alegría, nunca pensé que tendría a alguien, siempre he sido muy solitario. Entonces ella, ante mi silencio, me pregunto que si ella no me interesaba...y ahí me salió la voz casi atropelladamente, le dije que la había querido desde el primer momento en que la vi, luego hubo besos, le enseñe poesía que había escrito le noche anterior para ella, mientras no podía dormir, por el nerviosismo de la espera de nuestra cita...

...Ahora estoy aquí 5 años después de que todo se termino, un momento, allá viene, como siempre atrasada, no ha cambiado mucho, todavía tiene los mismos ojos, el pelo es distinto, la figura mas delgada que la última vez, pero hay ciertas cosas que no cambiaran jamás: estará en mi para siempre, mi primer amor.


Ángeles bajo la lluvia


Llovía y las hojas secas bebían y navegaban en las charcas, mientras yo las hacia zozobrar en las hondas que nacían bajo mis pasos. Siempre me ha gustado caminar bajo la lluvia, con la esperanza que laven mi tristeza, he pensado siempre. Nunca me había sentido tan triste en mi vida como en este momento, la existencia se me transformaba en cansancio, el hecho mismo de respirar no me alentaba, ahí quienes creen que respirar es estar vivo, pero yo no, estaba muerto. Todos ellos murieron y yo con ellos, la guerra los había matado. Solamente faltaba que yo me fuera. Era mi familia. Mi esposa, mis hijos, mi madre y mi padre, todo lo que tenia en el mundo. ¿porqué debían morir sino era su guerra?, faltaba yo, debí morir con ellos, murieron en la frontera a metros de la salvación, cuando un suicida hizo explotar una bomba atada a su cuerpo, debí estar ahí.

Me han dicho que el rió Mapocho se vuelve fatal con la llegada de las lluvias. Hacia allá voy, a la fatalidad. Además, sino te mueres ahogado cualquier enfermedad infecciosa hará el trabajo. No tengo razones para existir. Pero si estaban a punto de estar a salvo. Dios mío me quitaste lo que yo mas quería, tu voluntad se hizo contra la mía, y ahora no veo mas camino que el de seguir a mi gente.

Subió a la baranda del puente. No había ningún testigo de su dolor y su muerte. Su nombre ya no importaba, aunque en otro tiempo le gusto que lo llamaran Andrés, pero pocos lo recordaban. Lágrimas corrían por sus mejillas, confundiéndose con la lluvia. Abajo, el río rugía. Entonces apretó los dientes y los puños antes de saltar, cuando de pronto sintió un calor en el fondo de su alma, miro sus manos y alrededor de todo su cuerpo había una capa de luz, una coraza, luego esta se separo de su cuerpo y se formo otro cuerpo frente de si, era un ser de luz brillante y hermoso con algo parecido a unas alas de luz en su espalda, Andrés no daba crédito a sus ojos y pensó que estaba delirando y se lanzó a las aguas...el ángel lo sostuvo entre sus brazos y en ese momento el sintió una voz clara y cálida que le decía: todavía no puedes irte, tienes algo que hacer antes. Entonces hubo calma en su ser: hubo amor y perdón.

Meses después gracias a sus memorias todo el mundo se unió y la guerra termino, en ellas no hablo de su ángel, pero si de su amor.


Paisaje otoñal


El daba las ultimas pinceladas al paisaje otoñal. Era un pequeño bosquecillo sobre una colina, en cuyos pies se encontraba unas ruinas milenarias. Los colores ocres, rojizos y secos le daban una belleza inigualable. Estas tierras son ricas en leyendas y Eduardo era una leyenda de la pintura, tenia ochenta y dos años y era el ultimo sobreviviente de su estirpe; su salud era excelente, tanto que todavía podía pintar como en sus mejores años y más aún con la destreza de la experiencia, aún así sentía que este era su último cuadro, pero a la vez, esta sensación de fin, estaba acompañada de una alegría que lo inundaba.

Estaba solo, disfrutaba de la soledad, y de la brisa. Aquel paisaje le traía preciosos recuerdos, porque fue en esas mismas ruinas en que beso por primera vez al amor de su vida, con quien tuvo ocho hijos, la que un día como hoy, hace un año, se fue, sin vuelta atrás. Miro con alegría y satisfacción su obra. Una lágrima de felicidad rodó por su mejilla. Miró al cielo que presagiaba lluvia y volvió la vista al paisaje de su cuadro, entonces se quedo estupefacto...era ella saliendo de entre las ruinas, joven, como cuando se conocieron, el mismo cabello miel y los mismos ojos brillantes como castañas. Su amor, su mujer. Se acercaba rápida y lentamente como si volara sobre las hojas secas, por ese mar de cálido color, al tiempo que el viento jugaba con su pelo.
En ese momento se dio cuenta y quedo anonadado al ver que la figura de ella se repetía como un espejo en su obra, como si esta fuera una ventana, entonces en un pestañear, cuando ella estuvo por fin a su lado, le tomó la mano y lo besó en los labios, tan dulcemente como la primera vez, en ese mismo instante ambos volvieron a ese momento, a los veinte años y tomados de las manos desaparecieron, mientras caminaban hacia las ruinas.

...y esa es la leyenda, de esta, la última obra maestra de Eduardo Ossa del cual nunca se encontró rastro. Si miras con atención podrás ver el rostro de felicidad que tiene la joven pareja, un detalle imposible de obtener con las técnicas de la época - dijo el guía a los visitantes del museo más de un siglo después, en las mismas tierras llenas de leyendas, pero ya sin ruinas.

19 de marzo de 2006

Bitacora Poetica (Asentamientos humanos y ambiente)


Bitácora" Asentamientos Humanos y Medio Ambiente"

05/08/03 9:30 AM
Vamos rumbo a la IV región de Coquimbo. El destino nuevamente es incierto. No tengo mayores esperanzas que vivir, es por esto que escribiré esta bitácora en verso y no en prosa, porque la poesía es vida.

I
Comenzando el viaje
En la partida,
Iría mas lejos que la verdad.
Hoy no conozco ningún lugar,
solo mi cuerpo recuerda
lo que mi alma ya vio.

II
Alguna parte de la ruta 5 sur
El sopor incontenible
de la aventura
llena cada palmo del paisaje,
es tan solo el bagaje
de las almas al pasar.

III
Cerca de Los Vilos
Estas ahí,
mirando al horizonte,
Estoy aquí,
guardándome un trozo de mar;
han estados todos alguna vez,
en el amar y el olvidar.

IV
Saliendo de Los Vilos

Cuanta alegría incontenible
presta a la travesía
un sabor al paladar,
que es mezcla de poesía
y de la fortuna de olvidar.

V
Algún lugar entre los valles
Parece que vigilaran, las rocas
entre los arbustos,
parece que gritaran al cielo
su sed,
y tan solo la mañana las ve-escucha-.

VI
06/08 saliendo camino a Combarbalá
La fiesta y su somnolencia
dejan eco entre los valles
pero el cielo es demasiado azul
como para dormir
y el vaivén de la vid
es demasiado dulce
como para morir.

VII
Llegando al embalse La Paloma
Ya me puedo reflejar en tus aguas,
Sin necesidad de tu orilla
es mas, bebo de tu claridad
sin necesidad de mis manos.

VIII
Camino a La Serena
Podría partirme en dos
y no seria lo mismo
que hilvanar el paisaje
tras tus ojos,
¿ Serviría si veo
mi reflejo en tus pupilas?
quizás, solo el tiempo, lo dirá.

IX
07/08 camino a Vicuña
Aun en ausencia del estío,
el calor no se ausenta
y el viaje continua
aun, con la frescura del viento.

X
Siguiendo el curso del rió Elqui
Que fácil es ser hijos
del viento y vivir,
que suave es la silueta
del valle y su clamor,
que con su débil hilo de vida,
con su esperanza y sus estrellas,
el valle del Elqui es cielo y perdición.

XI
Luego Villa Seca
En prestancia de la ausencia
del fin ultimo de la aridez,
no faltaba nada, excepto vida
aunque había atisbos
enclavados, casi milagros,
a punta de manos y rostros
llenos de esperanza,
había brotes del elixir
de la vid
era solamente una apariencia
porque finalmente... había vida.
Aunque tenga hambre;
He vivido.

XII
Después de visitar observatorio Mamalluca
Bajo las estrellas
en pos de la verdad
sentí eternamente
lo ínfimo que somos,
tan claro y tan profundo
bajo la oscuridad.
Que maravilloso.
Que claridad,
existe en lo sencillo
de vivir.
Bajo el mismo cielo,
no somos mas que eternidad.

XIII
08/08 Camino a La Herradura. Coquimbo.
Volvemos a nuestros paisajes,
Son las mismas sombras y siluetas
de ayer;
es la misma agua y sus frutos
al amanecer;
No, es solo una apariencia
porque ni ellos, ni nosotros
somos iguales
después de vivir y nacer.

XIV
Camino a Parque Nacional Fray Jorge.
Casi la calma
me incluye en sus aguas.
Casi la brisa
me llevo tras su aroma.
Casi el mar
me hizo parte de su
aroma y su calma.

XV
Saliendo PNFJ.
La naturaleza hace alarde,
entre la sequedad,
Es un milagro de las nubes
que no quieren ya volar,
gritan a las semillas y las flores,
las que viajando de un horizonte
de fértil exuberancia
prestaron oído
y nacieron,
prestos a olvidar,
su lugar y su anhelo
por el milagro de soñar.

Fin bitácora 08/08/03, 04:35 PM : Camino a Santiago, el viaje pesa en el cuerpo y en el alma. Ahora se pequeños detalles de cada ser como también míos que nunca imagine, sin habérmelo propuesto, y cerrare escribiendo simplemente que hemos vivido. He vivido.
Arjé

16 de marzo de 2006

sesenta y un trozos, menos uno olvidado (parte dos)


Esta es la segunda parte de este libro de poemas, disfrutenlo o no, ya cumplio su cometido.


XXXII
Sin duda mi vida
Exiges algo más al destino,
Algo más de ti
Algo más de mí
Algo más de ambos,
Pero finalmente
Lo que es ahora
No es lo que será.


XXXIII
Atentas contra mi paz
Al mirarme así,
Con aquellos ojos claros,
Con aquel aire ajeno
Y tan propio de mí
Y de ti
Que nos une
Y a veces nos aleja.


XXXIV
Una línea delgada
Divide tu pupila
Y aquel brillo;
En mi memoria
Todo es real
Y sin sentido a la vez
Como un boceto perfecto
De tu figura
Tan real como imaginaría.


XXXV
Perderé bajo la lluvia
Mi color y mi calor,
Rodeado de niebla
Llegará al hogar,
Y tomaré de mis ropas
Todas aquellas gotas
Que reflejarán
El último rayo de luz
Que me hizo reír.


XXXVI
En los atiborrados
Mapas de la muerte
Encontré mi suerte
Tirada sobre una lapida,
Con el nombre de mi verdugo,
Entonces entendí
Que la venganza
Fue mi suerte.


XXXVII
En el camino en que el sol
Se lleva la mañana
Me perdí,
No encontré ningún sentido
Mientras no despertaba,
Caí en la cuenta de mi verdad
Y corrí ahora,
Luego cuando el cansancio me venció
Pude esperar tranquilo el anochecer.


XXXVIII
Como el susurro cálido
Al anochecer,
Te apareciste en mis sueños,
Intuí la luz de tu ventana
Alta y tentadora
Como el calor dulce
De tus esperados besos.


XXXIX
La vida crece verde
Bajo mis pensamientos,
Ajena a ellos,
Pero parte del reflejo
Claro y diáfano
De mis ojos bajo el agua
Que brota oscura
Como un espejo
A mí alrededor.


XL
Un suspiro abierto
Recordó la carne
De mis anhelos,
Un tanto salados al sol
Otro tanto dorados al calor,
Puro y dulce
De aquello que ronda
La última
De las ansias de placer.


XLI
Y el último suspiro
Cayó sobre la noche
No fue de placer ni dolor
Solo el sopor incipiente
De aquel que piensa demasiado
En lo que será
Olvidando lo que es.


XLII
El calor del sol se hacia dulce
A medida que elevaba de mi mente
Aquellos recuerdos
De pasto mullido y flores,
De siestas al atardecer
De toda esa tibieza y placer.


XLIII
No termine
De sentir la saeta
Cuando ya hizo
Su implacable trabajo,
No evite el deslumbrar
De aquellos ojos
Y sin más,
Tuve que volar.


XLIV
La tristeza
Fluye de nuevo por mis venas,
No sé cual es la razón
Precisa y especifica
De este pesar,
Creo que es una certeza,
O quizás una intuición
De lo que vendrá.


XLV
Un sueño inconcluso
Corroe las celdas que contienen
Esperanza y alegría,
Como cuando amas
Sin ser amado,
Como quien cae
Bajo el hechizo de la gula,
Y se bebe la última gota
Que lloro el sauce.

XLVI
Seré breve:
Te amo y amo
Todo aquello que ya no eres
Y todo lo que serás.


XLVII
Hay algo que llena mi pecho
Y consume toda mi energía,
Apenas puedo respirar,
Apenas puedo amar,
Ya tantas veces
Lo he sentido,
Que ya olvide su nombre.


XLVIII
Todo es una explosión;
La vida y la muerte,
El amor y el desamor;
Espero que esta vez,
No deje nada de mí
Salvo mi alma.


XLIX
Los restos derruidos
De un paisaje,
Tiene belleza y gloria,
Entonces, la destrucción
Es tan solo otra forma de orden,
De ver las cosas y la belleza,
Sin comparación.


L
Siendo parte del placer
Conseguí un trozo
Más profundo de cielo,
Más azul que una flor
Y no tan verde
Como tus ojos,
Pero tan divino
Como el instante
En que nada queda.


LI
Alguien subió
Ofreciendo flores
Y un poco de dulzura y poesía
Nadie presto atención
Menos los pocos pesos
Que involucran muchos besos.
Bajó con la misma
Cantidad de flores
Y nosotros
Con nuestros mismos rencores.


LII
Solo siente el suave cantar,
El murmullo de un secreto,
Guardado en el movimiento
De tus manos,
Léelo y reconfórtate,
Que si tú no lo sabes
Nadie más lo sabrá.


LIII
Escenas de un sueño
El futuro es,
Vaticinios oníricos
Llenos de esperanza
Y atiborrados de desesperación
A la vez,
Pero finalmente
Aliciente calido
En la sorpresa de vivir.


LIV
Las polutas flotaban
Sin un sentido aparente,
Pero el viento calculado
De su existencia
Las lleva a la vida,
A sentir calidamente
El suelo húmedo
Abrigo de sus retoños
Que tan solo quieren nacer.


LV
Aplaude con alegría
El estival claro
Que alberga la primavera,
Permite su aliento
Aun en la penumbra
Y sentirás como renace
Gota a gota
Algo dentro de ti,
Que los siglos
No han borrado.


LVI
¿Concuerdas en esto mi amor?:
El tiempo es directamente
Proporcional al cariño,
Si es que este se cuida.
Cada primavera es el catalizador
Del cariño
En toda su majestad.


LVII
La angustia precisa
Del último adiós,
La triste belleza
De la felicidad que se va,
Se afianza tras mis ojos
Y se escapa trémula de ellos,
Sin obviar todo lo bello
Que hay en el tú y yo.


LVIII
Aquel embriagador deseo
De vivir,
Se ha ido con el último adiós,
Ahora permanece impávido
En el lugar donde nació,
Listo a renacer
O presto a morir,
Recordando el beso final.


LIX
Roza la brisa fresca
Y calida del atardecer,
Recordando las contradicciones
Del hombre,
Gritando al oído
Que sino se da cuenta antes,
Va a desaparecer.


LX
Conocerás la esencia
Del hombre ¿solo al sufrir?
O valoraras la felicidad
¿Solo al reír?
Solo es cuestión de dejar
De ser hombre
Y recordar el Dios
Que guarda en cada
Espacio de su ser.


LXI
Falta papel
En mis recuerdos junto a ti,
Falta un espacio claro
Al que no pueda volver
A sentir esta magia
Que se hizo ayer,
Deseando la existencia
De un amanecer.

15 de marzo de 2006

sesenta y un trozos, menos uno olvidado(parte uno)


Aqui van algunos poemas, leanlos o no, si le gustan bien, sino ya cumplieron su fin.

I
Quizás todo sea
Un comienzo
O el fin de algo
Que ya pasó,
Pero hay algo seguro
Tras la muerte
Quizás hay resurrección.

II
Por caminos sencillos
Fui llevado
Pero por otros yo me fui,
Candentes y borrascosos
Llenos de muerte
Y algo ajeno a la
Resurrección.

III
Un café y un cigarrillo
Un alivio al vicio
De vivir,
Una alegría
Al vicio de sentir
Que la vida se va
Entre los dedos
Con algo de existir.

IV
Mi soledad esta demasiado
Implícita
Como para poder volar
Y mis viejos sentires
Demasiado frescos
Como para intentar amar.

V
Este poema no esta disponible,
Su dueña lo atesora en un cajón
Y yo a ella en mi corazón.

VI
No escuche aquel consejo
De mi interior,
No me vi en los reflejos
De mi yo anterior
Pero algo me inundaba
Y me llevaba a matar
Todas aquellas cosas
Que me hacen suspirar,
Por un anhelo cobarde
De sueño y soledad.

VII
Hace tiempo que no respiras
A mi lado,
Hace otro tiempo que no te
He abrazado
Pero estas aquí
Con tus defectos y virtudes
Dulces como tu presencia
Aquí a mi lado.

VIII
Sentado sin horizonte
Me hallé,
Y en vertical suspiro
Te soñé,
Me cale mis anhelos
Y me levanté
Y en busca de tus ojos me desperté.

IX
En calidad de sueño
Corrí en busca de mi destino,
No escale aquella montaña
Ni bebí de aquel manantial,
Eran demasiado bellos,
Para este incrédulo mortal.

X
Se hace extraño el cielo
Y no reconozco mis pies,
Se hace extraño el suelo
Y no reconozco el ayer,
Se extraño el velo
Y puedo ver,
Se hace extraño el mundo
Ahora que puedo volver.

XI
Deja que el viento pase
Como alguna vez pasó
Deja que el tiempo pase
Como alguna vez pasó
Déjame entre tus brazos
Como antes mi amor
Y no dejes que el tiempo pase
Para transformarlo en hoy.

XII
Sino fuera por ti
No conocería muchas cosas
Sino fuera por ti
Me faltarían
Muchas sonrisas
Sino fuera por ti
Hoy no renacería.

XIII
Palideces ante la verdad
Aunque siempre
Ha estado ahí
Te cuelgas del dolor
Como si fuera amor
Y no escuchas mas razones
Que las pasiones,
Y te hacen olvidar,
Que a veces
El perder, es ganar.

XIV
Soñando cada segundo,
Olvidando a todo el mundo,
Esperamos que todo sea así,
Onírico y maravilloso,
Claro y majestuoso
Como en sueños
Se ilusionó,
Mas que pena,
Que nuestra única posesión
Sea falsa eternidad.


XV
A tientas conseguí tu rostro,
En la oscuridad de mis recuerdos,
Lo compare con mil y un otros
De aquellos féretros
Entonces comprendí,
El muerto era yo.

XVI
Tengo suerte,
Nadie ha pasado frente a mí,
No han descubierto
Que escribo poesía,
Porque una vez
Que me descubran
Esta ya no será mía.

XVII
Dejas que todo pase
En tu afán de olvidar
Que respiras el mismo aire
Y que también debes amar,
Es natural
Pasión engañosa
De todo mortal,
Y aun metido en una caja
Así a ella debes amar.

XVIII
Permíteme una licencia
Y déjame tocar
De tu alma la pasión
Déjame encender
Mis ojos con tu calor
Que será un instante
Antes de morir.

XIX
Las ilusiones se rompen
Y el mundo cambia,
Para bien o para mal
El llanto se esconde,
Las puertas se abren
En nuestras espaldas
Y el ruido es suave
Para el impávido corazón
Entonces ya no sé que seré.

XX
Sufres de nuevo
Por lo mismo que ayer,
Escoges las mismas espinas
Creyendo amar
Cuando es el miedo
A volver a hacerlo,
A descubrir de nuevo,
El que te corroe
Y frena tu muerte
Y tú renacer.

XXI
Incongruencias en el renacer
Es lo absoluto del alma,
Esa catarsis de las situaciones
Que transforman el mar,
En un vaso
Y el universo
En un ser.

XXII
Te extraño a rabiar
Que cada palabra
Que se dice en tu ausencia
La guardo en mi corazón
Y te las digo a los ojos
En los breves momentos
En que te sueño
Y no puedo expresar
Esta falta de ánimo
Que me invade
Y me eleva a un altar.

XXIII
Construí sobre aquellas hojas
Tú figura dormida,
Palpé de entre la humedad
El sabor de tu boca
Besé el color miel de las hojas
Y de tu piel
Bebí el líquido dulce
De tu ser
Después de breves segundos
Aquí estabas
Con tu sonrisa sin carmín.


XXIV
Me falta algo al respirar
Hay un espacio vació
En mi existir,
Tiene tú nombre,
Tiene unos ojos claros
Y tiene algo singular
En sus calidos movimientos
Y en su argumento de existir
Que coincide con algo
Oculto en mí ser.

XXV
Hay un nexo implícito
En todo aquello
Que representa el sol
No el astro
Sino tú ser,
Es algo que ni los años explican
Que ni el viento cálido
Del atardecer borra.

XXVI
Colorea el aire
Y mézclalo con elixir
De la vida,
Anula el oscuro clamor
De la soledad incomprendida
Y luego no permitas
Que calle
Aquello explicito
Que tiene tu respirar.

XXVII
Hay ciertas cosas
Que no cambian jamás,
Son signos
Quizás designios
Que recuerdan
Algo vivo dentro de nosotros
Que nada, ni nadie
Puede cambiar.

XXVIII
En cierta ocasión
Mentí claramente
A mi mismo,
Lo note al revisar
Las palabras grabadas
En mis actos más dulces
Entonces considere
Que no podía dejar de amar.

XXIX
Escupí mi desidia
Y me levanté,
Opte por mirar
Luego besar
Entonces olvidar
Para finalmente amar
Como la primera vez.

XXX
Falta prestancia
En su mirar,
No es belleza
Ni calor,
Es la forma
En que miras
No a la gente
Sino el horizonte
Que no puedes perder.

XXXI
Trajiste aquí
Algo que no existía,
Se elevo por mis entrañas
Como el primer
Rayo de sol
De primavera,
Que no se irá
Ni fue
Menos ahora.