Entradas Recientes

31 de diciembre de 2013

Felíz año nuevo


Esperamos la media noche con el corazón lleno de esperanza. Tenemos fe en que podemos cambiar el mundo con un sencillo mensaje. Queremos remover las conciencias, queremos recordarles a las personas que sí son humildes podrán ser mejores, que no tengan miedo a equivocarse, que los políticos y la publicidad mienten y que siempre hay una nueva oportunidad. Miramos el puerto atestado de personas, la bahía repleta de barcos y otros miles atentos a la pantalla de su televisor. Todos esperando la media noche y los fuegos artificiales. Comienza el conteo final: 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1. Fue tan fácil infiltrarse y cambiar el mensaje de año nuevo hecho con fuegos artificiales, se enciende y ahí está nuestro atentado: "Feliz vida nueva".


25 de diciembre de 2013

OPNI (Objeto Pascuero No Identificado)


A los tres años llegó arrastrado por sus padres a vivir en una comunidad enclavada en los faldeos de la cordillera de los Andes. Sus padres, aburridos de la sociedad y sus prejuicios, decidieron liberarse de las nefastas costumbres consumistas de la vida moderna. Es así como Manuel desde su arribo a éste lugar nunca más celebró ninguna fiesta, ni su cumpleaños, ni la pascua de resurrección, ni siquiera la navidad. Pero en un lugar de su mente, quedó un recuerdo difuso de su temprana edad, en este recuerdo, él está con sus padres alrededor de un árbol adornado con luces de muchos colores, en un momento de la noche lo llevan al patio y le dicen que alguien llegará desde el cielo a dejar un regalo y al volver junto al árbol ha aparecido un paquete que abre con alegría y de su interior saca el más bello juguete que había visto jamás. Pero curiosamente, lo que recuerda más vívidamente es un calendario adosado a la pared, marcando el día 24 de Diciembre del 2007.

Este bello recuerdo lo marcó tan profundamente que todos los 24 de diciembre, Manuel sale de su casa y se sienta al pie de una higuera del huerto y espera. Sabe que debe esperar algo que viene desde el cielo, pero no recuerda que es precisamente. Así que mira con atención la bóveda celeste, contando las estrellas y disfrutando de la luna menguante. 

Ésta noche de 24 de diciembre está particularmente templada y Manuel se sienta en el mismo lugar de siempre. De pronto, desde la constelación de sagitario divisa una luz roja, al principio cree que es un avión, luego al advertir la velocidad con que aumenta el tamaño y la intensidad de la luz, descarta la idea. Pareciera que el objeto luminoso cae sobre él velozmente, pero en una maniobra imposible, se detiene y gira en otra dirección, entonces sale su padre de la casa y grita: ¡un ovni, un ovni!, pero Manuel no lo escucha, está hipnotizado con el objeto y su desplazamiento del objeto que nuevamente se detiene y gira, pero esta vez, efectivamente se dirige directamente hacía él, a una velocidad tan grande, que en un par de segundos el objeto luminoso está a unos metros sobre su cabeza, pero ahora ya no está solo, los miembros de la comunidad están afuera de sus casas y todos escuchan el tañido de las campanas, ven los preciosos animales flotando y la risa de un rechoncho viejecillo de barba blanca montado sobre una especie de trineo luminoso ¡Jo, jo, jo, jo!


18 de diciembre de 2013

El viajante



“Un buen viajero no tiene planes fijos ni la intención de llegar” (lao tse)

Caminó por muchos días, quizás meses, pero la esperanza, la fe de poder ver el espectáculo más maravilloso de la naturaleza, le quitaba el hambre, la sed y el dolor del cuerpo. En un momento pensó que nunca llegaría, pero al final, cuando por fin llegó al lugar, estaba seguro que estaba al borde del mundo, no podía haber nada más allá. El paisaje se presentaba atiborrado de bolas azules transparentes que resplandecían con alegría, no había nada más que quisiera ver en su vida, entonces cerró los ojos y sintió como lo depositaban nuevamente en su caja.




11 de diciembre de 2013

Speculum




Cuando miré su semblante luego de besarnos apasionadamente, no pude evitar lanzar una carcajada, el bello rostro de mí esposa estaba manchado de labial, formando una especie de maquillaje de payaso. Ella se reía conmigo sin saber el porqué, pero cuando le dije que se mirara en un espejo los estragos producidos por nuestro beso, se negó, y abrió su bolso rápidamente en búsqueda de un pañuelo. Pero yo continué riendo e insistiendo que viera por si misma su cara manchada. Seguíamos muertos de la risa, cuando una amiga que, casualmente estaba sentada en la mesa contigua y además, estaba muy atenta a nuestra conversación, sin preguntar siquiera, puso un espejo frente al rostro de mi amada. Instantáneamente se hizo el silencio. No había nada en el espejo. Ella no tenía reflejo.

4 de diciembre de 2013

El diablo y la muerte


Cuento inspirado en la canción "la balada de diablo y la muerte" de La Renga.

Cuando el diablo está contento, es una buena persona.
(Jonathan Swift)

El que muere paga todas sus deudas.
(William Shakespeare)


Hace tres años conocí al diablo y la muerte en una fiesta. Al principio no supe que eran ellos, pero me resultó curioso la maligna complicidad que mostraba la singular pareja. Era extraño y perverso, verlos observaba, de una manera aparentemente casual, a una u otra persona, y luego asentir con la cabeza, mientras brindaban alegremente con champagne.

Si me preguntan, así es cómo más o menos los recuerdo. La muerte, era una mujer de piel pálida, joven y bella, pero sus rasgos eran comunes, insustanciales. Llevaba puesto un vestido negro, muy largo y ceñido a su esbelto cuerpo, bordado con lentejuelas brillantes del mismo color y, un collar de perlas oscuras, adornaba su esbelto cuello. El diablo, tenia un rostro tan común, que creí haberlo visto antes, quizás en el metro o dando un paseo por cualquier lugar. Vestía elegantemente de frac. Pero sus ojos, esos ojos demoníacos, refulgían con una inteligencia profunda, que parecía conocer cada rincón del alma de las personas que acechaba. No pregunten como supe quien era quien, pero creo que ustedes también lo sabrían si los vieran.

Quizás, si no hubieses sido tan falsamente anodinos y, si esa noche, al final de la fiesta, no hubiese visto lo que vi, no habría descubierto quienes eran en realidad.

Desde que descubrí su juego de señalar y brindar, los comencé a seguir. Se paseaban de habitación en habitación con su copa en la mano, mirando animados a la concurrencia. No sé cuánto tiempo me pasé persiguiéndolos. Pero en un momento de la noche, la muerte me miró y me hizo un guiñó, luego tomó al diablo del brazo y salió por la puerta de entrada. Un escalofrío recorrió mi espalda y me paralizó un momento. Me arme de valor y los seguí, pero al llegar al pasillo, éste se encontraba totalmente vacío. Contrariado, di media vuelta y entonces los vi. Todas las personas que habían sido "marcadas" por el diablo y la muerte, estaban en el balcón. Primero escuché un estruendo, luego vi el balcón desmoronarse en medio de los gritos de terror. No tuve tiempo de reaccionar.