Dedicado a mis sobrinos Martín A. y Martín M.
Cada vez que el Martín me mira se ríe. A mi me da mucha rabia ver su risa burlona de viejo sin dientes y más rabia me da cuando me empuja al pasar por mi lado. Es un pesado. Al menos eso creía, por que en el recreo de hoy me invitó a jugar a las bolitas (algo muy raro) y cuando le hice tres "chitas" seguidas no se enojó, y cuando me pasó las bolitas que le gané me tocó la mano y se puso colorado. Y yo también.
1 comentario:
gracias por tu huella en el poema a cerati
ese blog quedó solo de lectura, el que está vigente es el Selecciones
tierno encuentro de canincas y xicos que se descubren en las miradas
abrazos
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