Nunca la he visto tan enojada como aquella tarde que fuimos a tomar unas cervezas a la calle Matucana. En un momento fue al baño, y al volver, la furia desfiguraba su bello rostro. Se sentó con los puños apretados de rabia y me contó atropelladamente cómo fue insultada por un viejo de mierda, delgaducho, disfrazado de caballero andante con una armadura de lata. En su mismísima cara, la había tratado de "fermosa", repitiendo: «...oh, fermosa dulcinea...oh fermosa dulcinea...». ¿Y qué mierda era eso de "fermosa"?, reclamaba ella. Mientras la escuchaba atentamente, vi aparecer al atribulado viejecillo, que con una mano se sobaba la mejilla, mientras un hombre gordo lo ayudaba a salir del local. Afuera los esperaba un caballo famélico acompañado de un aburrido asno.
Entradas Recientes
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
fermosa es tan bella palabra
a la xica le faltó diccionario
abrazos
felices fiestas patrias JOSE
un abrazo y buenas vibras
SALÚ!!!
tiqui tiqui tiii
:D
Genial, José.....Ese fino sarcasmo que suelen traslucir tus textos, es un detalle que te identifica y que gozo a concho.
Saludos, amigo.
Publicar un comentario