Esta mañana la niebla me pareció distinta, más silenciosa, casi divina. Pensaba en eso, cuando escuché unos pasos y vi una figura difusa aproximarse. Un halo de beatitud la envolvía; incluso parecía que tenía alas. Cuando estuve más cerca, pude ver nítidamente sus vestimentas: un abrigo ceñido a sus caderas. Su pelo negro, largo y liso se movía con cada uno de sus pasos. Sólo a un par de metros la pude mirar a los ojos. Ella sonrió y dijo: "buenos días". No fui capaz de responder nada...sólo dí media vuelta y observé cómo desaparecía.
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29 de octubre de 2012
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1 comentario:
Un encuentro sueño-mágico. Qué bien te quedó el dibujo...parecen pececitos los que flotan.
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