Faltan cien días para el fin. Es difícil no pensar en el instante de mi muerte, cuando ya que conozco la fecha exacta. Me podría arrepentir de mi pecado, pero ella fue tan dulce, tan sensual y tan mentirosa... Nunca me dijo que su marido estaba a punto de cumplir condena.
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15 de octubre de 2012
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1 comentario:
¡Gulp!
Eso pasa por meterse con "pierna ajena".
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