Ella se sienta al borde del acantilado a esperar su cita diaria, pase lo que pase, ya este soleado, lluvioso, tormentoso, nevado, penoso, alegre o insípido. En más de alguna oportunidad los pescadores la confundieron con una sirena, pero ella, dice que más bien es un monstruo marino.
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1 de agosto de 2018
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