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16 de marzo de 2006

sesenta y un trozos, menos uno olvidado (parte dos)


Esta es la segunda parte de este libro de poemas, disfrutenlo o no, ya cumplio su cometido.


XXXII
Sin duda mi vida
Exiges algo más al destino,
Algo más de ti
Algo más de mí
Algo más de ambos,
Pero finalmente
Lo que es ahora
No es lo que será.


XXXIII
Atentas contra mi paz
Al mirarme así,
Con aquellos ojos claros,
Con aquel aire ajeno
Y tan propio de mí
Y de ti
Que nos une
Y a veces nos aleja.


XXXIV
Una línea delgada
Divide tu pupila
Y aquel brillo;
En mi memoria
Todo es real
Y sin sentido a la vez
Como un boceto perfecto
De tu figura
Tan real como imaginaría.


XXXV
Perderé bajo la lluvia
Mi color y mi calor,
Rodeado de niebla
Llegará al hogar,
Y tomaré de mis ropas
Todas aquellas gotas
Que reflejarán
El último rayo de luz
Que me hizo reír.


XXXVI
En los atiborrados
Mapas de la muerte
Encontré mi suerte
Tirada sobre una lapida,
Con el nombre de mi verdugo,
Entonces entendí
Que la venganza
Fue mi suerte.


XXXVII
En el camino en que el sol
Se lleva la mañana
Me perdí,
No encontré ningún sentido
Mientras no despertaba,
Caí en la cuenta de mi verdad
Y corrí ahora,
Luego cuando el cansancio me venció
Pude esperar tranquilo el anochecer.


XXXVIII
Como el susurro cálido
Al anochecer,
Te apareciste en mis sueños,
Intuí la luz de tu ventana
Alta y tentadora
Como el calor dulce
De tus esperados besos.


XXXIX
La vida crece verde
Bajo mis pensamientos,
Ajena a ellos,
Pero parte del reflejo
Claro y diáfano
De mis ojos bajo el agua
Que brota oscura
Como un espejo
A mí alrededor.


XL
Un suspiro abierto
Recordó la carne
De mis anhelos,
Un tanto salados al sol
Otro tanto dorados al calor,
Puro y dulce
De aquello que ronda
La última
De las ansias de placer.


XLI
Y el último suspiro
Cayó sobre la noche
No fue de placer ni dolor
Solo el sopor incipiente
De aquel que piensa demasiado
En lo que será
Olvidando lo que es.


XLII
El calor del sol se hacia dulce
A medida que elevaba de mi mente
Aquellos recuerdos
De pasto mullido y flores,
De siestas al atardecer
De toda esa tibieza y placer.


XLIII
No termine
De sentir la saeta
Cuando ya hizo
Su implacable trabajo,
No evite el deslumbrar
De aquellos ojos
Y sin más,
Tuve que volar.


XLIV
La tristeza
Fluye de nuevo por mis venas,
No sé cual es la razón
Precisa y especifica
De este pesar,
Creo que es una certeza,
O quizás una intuición
De lo que vendrá.


XLV
Un sueño inconcluso
Corroe las celdas que contienen
Esperanza y alegría,
Como cuando amas
Sin ser amado,
Como quien cae
Bajo el hechizo de la gula,
Y se bebe la última gota
Que lloro el sauce.

XLVI
Seré breve:
Te amo y amo
Todo aquello que ya no eres
Y todo lo que serás.


XLVII
Hay algo que llena mi pecho
Y consume toda mi energía,
Apenas puedo respirar,
Apenas puedo amar,
Ya tantas veces
Lo he sentido,
Que ya olvide su nombre.


XLVIII
Todo es una explosión;
La vida y la muerte,
El amor y el desamor;
Espero que esta vez,
No deje nada de mí
Salvo mi alma.


XLIX
Los restos derruidos
De un paisaje,
Tiene belleza y gloria,
Entonces, la destrucción
Es tan solo otra forma de orden,
De ver las cosas y la belleza,
Sin comparación.


L
Siendo parte del placer
Conseguí un trozo
Más profundo de cielo,
Más azul que una flor
Y no tan verde
Como tus ojos,
Pero tan divino
Como el instante
En que nada queda.


LI
Alguien subió
Ofreciendo flores
Y un poco de dulzura y poesía
Nadie presto atención
Menos los pocos pesos
Que involucran muchos besos.
Bajó con la misma
Cantidad de flores
Y nosotros
Con nuestros mismos rencores.


LII
Solo siente el suave cantar,
El murmullo de un secreto,
Guardado en el movimiento
De tus manos,
Léelo y reconfórtate,
Que si tú no lo sabes
Nadie más lo sabrá.


LIII
Escenas de un sueño
El futuro es,
Vaticinios oníricos
Llenos de esperanza
Y atiborrados de desesperación
A la vez,
Pero finalmente
Aliciente calido
En la sorpresa de vivir.


LIV
Las polutas flotaban
Sin un sentido aparente,
Pero el viento calculado
De su existencia
Las lleva a la vida,
A sentir calidamente
El suelo húmedo
Abrigo de sus retoños
Que tan solo quieren nacer.


LV
Aplaude con alegría
El estival claro
Que alberga la primavera,
Permite su aliento
Aun en la penumbra
Y sentirás como renace
Gota a gota
Algo dentro de ti,
Que los siglos
No han borrado.


LVI
¿Concuerdas en esto mi amor?:
El tiempo es directamente
Proporcional al cariño,
Si es que este se cuida.
Cada primavera es el catalizador
Del cariño
En toda su majestad.


LVII
La angustia precisa
Del último adiós,
La triste belleza
De la felicidad que se va,
Se afianza tras mis ojos
Y se escapa trémula de ellos,
Sin obviar todo lo bello
Que hay en el tú y yo.


LVIII
Aquel embriagador deseo
De vivir,
Se ha ido con el último adiós,
Ahora permanece impávido
En el lugar donde nació,
Listo a renacer
O presto a morir,
Recordando el beso final.


LIX
Roza la brisa fresca
Y calida del atardecer,
Recordando las contradicciones
Del hombre,
Gritando al oído
Que sino se da cuenta antes,
Va a desaparecer.


LX
Conocerás la esencia
Del hombre ¿solo al sufrir?
O valoraras la felicidad
¿Solo al reír?
Solo es cuestión de dejar
De ser hombre
Y recordar el Dios
Que guarda en cada
Espacio de su ser.


LXI
Falta papel
En mis recuerdos junto a ti,
Falta un espacio claro
Al que no pueda volver
A sentir esta magia
Que se hizo ayer,
Deseando la existencia
De un amanecer.

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