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29 de junio de 2009
Y el cielo se abre suave y azul
olvidando el paraíso suspendido
y luego de lavar nuestras almas
nos ofrece algo de fe,
de fe en que el aire que respiramos
mañana aun estará ahí,
invisible y dulce;
claro y omnipresente;
susurrante acarrea el cálido aroma de ella
entonces, olvido el paraíso suspendido
y observo en sus ojos el azul de su mar
y siento en mis entrañas la claridad de su amar.
14 de junio de 2009
Llueve
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