IX
El silencio se rompe
dejando camino a la música dulce de la noche,
se integra desgarradora y placentera
como siguiendo el curso de mis sentires,
luego cual saeta precisa
abre mi conciencia
y comprendo que no estoy solo,
sigo la música a su origen,
pero su melodía desaparece en mi portal
dejándome un recuerdo puro y eterno
que se repite salvador en mi ser,
entonces por fin comprendo
la música siempre vino desde aquí.