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9 de julio de 2014

La última historia


No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto.
Albert Einstein


Hubo un tiempo en que fuimos humanos. En aquellos años eran miles de millones los que vivían en ciudades; en éstas metrópolis, podías probar bebidas y comidas de todos los rincones del mundo; había edificios enormes y casas pequeñas como madriguera de rata; el aire se sentía viciado muchas veces, pero podías respirar con libertad; teníamos arte para todos los gustos en los museos y galerías, incluso en las calles se podían ver pinturas dando vida a las paredes; y el conocimiento estaba en todas partes, disponible gratuitamente para todos. Podíamos transformarnos en lo que quisiéramos. Pero nos transformados en algo que nunca esperamos.

Escribo estas líneas con la leve esperanza que quede alguien más que sepa leerlas y la fortuna de encontrarlas. Ojalá no sea éste recuerdo difuso la última historia que se cuente. 





3 comentarios:

lichazul dijo...

premonitorio cuento si se quiere, quizá cuando ya no estemos y del planeta solo quede polución y contaminación quienes lleguen pensarán que quienes habitamos este cuerpo celeste fuimos puros monos descerebrados

abrazos y buen fin de semana

arjex dijo...

A veces las premoniciones son bastante sencillas de ver...gracias por tu visita...cariños para ti también Elisa.

Unknown dijo...

No voy a negar que estoy de acuerdo con el vaticinio. Una visión desoladora, pero no menos de las barbaridades que vemos en el diario vivir.

Al parecer, lo que se viene ( o ya está) es la involución.

Preciso tu "ojo" observante.